Eras mi fiel amigo, pues siempre estabas ahí, en las alegrías y en las penas, tu corazón era demasiado grande, en todos los aspectos, y llegó un momento en que ya no te cabía dentro de ti.
Gracias amigo por los años que nos regalaste, mi viejito, ahora despuí©s de once años desde tu partida, sí© que por fin no sufres, que eres feliz y que descansas tranquilo. Cuídate viejo amigo y hasta algíºn día en algíºn lugar…
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