El avance del Alzheimer canino

El hospital clí­nico de la Facultad de Veterinaria trata a perros con el sí­ndrome de disfunción cognitiva y es el único de España que somete a diálisis a los canes.

Han tenido que pasar algo más de 60 años para que la medicina veterinaria pueda diagnosticar el sí­ndrome de disfunción cognitiva o, lo que es lo mismo, el alzheimer del perro. Se trata de un desorden neurodegenerativo asociado a la edad de los canes, que tratan en el Departamento de Medicina y Cirugí­a Animal del Hospital Clí­nico Veterinario de la Universidad de Córdoba.
Hasta el centro, ubicado en el Campus de Rabanales, llegan tres casos al mes, según explica una de las profesoras del departamento, Alba Galán, quien destaca que el sí­ndrome comparte una sintomatologí­a clí­nica muy similar con el alzheimer que sufren las personas. La docente añade que aunque se puede diagnosticar mediante la realización de test de diagnóstico a partir de los siete años, no es hasta los 11 o los 12 cuando el propietario se empieza a dar cuenta de los sí­ntomas. Es el caso de un cocker dorado de 11 años, afectado por esta disfunción cognitiva y que están tratando en este centro.
El inicio de este sí­ndrome, detalla Galán, «es muy sutil y se manifiesta por el cambio de hábitos». Una micción incontrolada, la pérdida en sitios que conocen de manera habitual, la alteración de los ritmos de vigilia o no querer estar con sus propietarios son algunos de los sí­ntomas. Al respecto, Galán incide en que en algunos casos «a algunos perros les cuesta reconocer los sonidos y otros, por ejemplo, tienen cambios en su conducta habitual». La alteración del apetito, una mayor irritabilidad, lentitud para responder órdenes o una vocalización excesiva -llegan a aullar- son otros de estos sí­ntomas.
Para detectar el sí­ndrome, el equipo de Galán realiza una serie de test para valorar las funciones de discriminación visual, como ver si el perro puede seguir el movimiento o fijar la mirada en un objeto, de memoria y la capacidad de aprendizaje. Con todo ello, la profesora reconoce que hasta la fecha lo que se hace es un «diagnóstico presuntivo en base a la historia y los signos clí­nicos».
El tratamiento de este sí­ndrome puede ser de tres tipos. Uno de ellos es el comportamental, basado en un estilo de vida activo, saludable y con ejercicio donde el perro refuerce al máximo el ví­nculo con su propietario. El segundo tratamiento se basa en una correcta alimentación rica en antioxidantes, ya que se ha demostrado la colección que existe «entre el grado de disfunción cognitiva y el nivel de daño oxidativo celular presente», detalla. En último lugar se encuentra el tratamiento de carácter farmacológico para frenar la evolución de la enfermedad y conseguir mejorar los signos de la misma.
El alzheimer en los perros no es la única enfermedad que tratan en el clí­nico del centro que dirige Librado Carrasco, ya que es el único hospital veterinario de España y el segundo de Europa que realiza hemodiálisis a los perros. Marí­a del Mar Granados es una de las veterinarias encargadas de este trabajo, que comenzó a investigar hace ahora cuatro años y a aplicar hace uno. Se trata de «técnicas de depuración extracorpórea», indica. Granados asegura que la técnica que se utiliza en los perros es similar a la de las personas, puesto que «lo que se hace es sustituir la función del riñón con la eliminación de sustancia tóxicas». Para ello se sirven de las máquinas de la UCI de cualquier hospital, si bien las sesiones son diferentes. «Depende del grado de la enfermedad y la causa del problema del riñón afectado», puntualiza la profesora, quien destaca que se trata de sesiones largas que pueden llegar a durar, como máximo, hasta 15 horas. En este primer año de aplicación, por el hospital clí­nico veterinario han pasado una decena de perros a los que se les ha sometido a una diálisis o una hemofiltración.

Fuente: El Dí­a de Córdoba

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