Los perros imitan el movimiento de su dueño

Los perros imitan de forma automática los movimientos corporales de sus dueños, según una nueva investigación. En los humanos, afirman los cientí­ficos, esta imitación es una parte crucial del aprendizaje social. Es decir, la gente de forma inconsciente copia los gestos de los individuos que la rodean. Por ejemplo un bostezo o una persona mirando al cielo, automáticamente provocará que los demás bostecen o miren al cielo. Este fenómeno conocido como «imitación automática» es evidente en muchos otros animales.
Y tal como descubrieron los investigadores de la Universidad de Viena, las acciones de los perros también están influenciadas por los humanos.
Según el estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B (Actas de la Sociedad Real B), el hallazgo ofrece información sobre cómo evolucionó este tipo de aprendizaje.
La investigación también revela que la forma en que la gente interactúa y juega con sus perros establece la base para esta capacidad de imitación.
Ni innato, ni automático
«No es algo espontáneo» explica la doctora Friederike Range, quien dirigió el estudio. «Los perros necesitan mucho entrenamiento para aprenderlo», agrega.
La investigadora y sus colegas estudiaron esta capacidad de imitación con una serie de ensayos utilizando una prueba simple para abrir una puerta.

El equipo construyó una caja con una puerta deslizable al frente que podí­a abrirse con una manija. «Cuando los dueños utilizaban la mano, el perro tení­a que abrir la puerta con su pata para obtener una recompensa», dice la doctora Range.
Si el dueño abrí­a la puerta con su boca, el perro tení­a que usar la misma técnica.
Según explica la investigadora a la BBC «un segundo grupo de perros tení­a que aprender el método alternativo, es decir, si el dueño usaba la mano el perro tení­a que usar la boca, y cuando el dueño usaba la boca, el perro usaba la pata».
Los perros que tení­an que usar el primer método aprendieron su tarea mucho más rápido que los que usaban el método alternativo.
Esto demuestra que los animales tienen una predisposición a imitar los movimientos de sus dueños, dice Frederike Range.
Agrega que, debido a que los perros tienen formas corporales muy diferentes a las de la gente, también deben interpretar lo que están viendo.
«Este tipo de aprendizaje tiene ventajas obvias para los animales», señala.
«Pueden aprender sobre ciertos aspectos de la vida sin tener que experimentar con «prueba y error», lo cual siempre tiene cierto riesgo».
Esta evidencia apoya la teorí­a de aprendizaje que sugiere que el sistema de «neuronas de espejo» y la capacidad de imitación se forjan cuando el animal aprende y se desarrolla, y no es un proceso innato.
Fuente: BBC MUNDO, 30/07/2010

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