Procesionaria del pino: El peligro invisible que amenaza a tu perro en primavera

La procesionaria del pino (Thaumetopea pityocampa) es una oruga que puede parecer inofensiva a simple vista, pero que representa un grave peligro para las mascotas, especialmente los perros, y también puede afectar a los seres humanos. Esta plaga forestal se encuentra comúnmente en los pinares de España y otros países mediterráneos, y es especialmente activa entre finales de invierno y principios de primavera.

En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre esta oruga: qué es, por qué es tan peligrosa, y cómo proteger a tus animales y a tu familia.

¿Qué es la procesionaria del pino?

La procesionaria es la larva de una mariposa nocturna que deposita sus huevos en las copas de los pinos. De esos huevos nacen pequeñas orugas que se alimentan de las acículas (hojas) del árbol.

Durante los meses fríos, estas orugas viven agrupadas en unos característicos bolsones de seda blanca que cuelgan de los pinos. Cuando las temperaturas comienzan a subir, normalmente entre enero y abril, bajan al suelo en fila india, formando la famosa “procesión”, para enterrarse y pasar a la siguiente fase de su desarrollo.

¿Por qué es peligrosa?

La oruga procesionaria está cubierta de miles de pelos urticantes que se desprenden con facilidad y que contienen una toxina muy potente llamada thaumatopina. Estos pelos pueden causar:

En mascotas (especialmente perros):

Necrosis en la lengua y hocico al lamer o morder las orugas.

Hinchazón severa, babeo y dolor intenso.

Dificultad para respirar o tragar.

Pérdida de tejido si no se trata a tiempo.

Muerte, en casos extremos.

En humanos:

Reacciones alérgicas en la piel (urticaria, erupciones).

Problemas oculares si los pelos entran en contacto con los ojos.

Irritación de garganta por inhalación de pelos en suspensión.

Choque anafiláctico, en personas alérgicas o sensibles.

¿Dónde y cuándo se encuentra?

La procesionaria se encuentra principalmente en:

Pinares y zonas de monte bajo.

Parques y jardines con pinos o cedros.

La mayor actividad se produce entre febrero y abril, aunque con el cambio climático su ciclo se ha adelantado en algunas regiones.

¿Cómo evitar el contacto?

Para tus mascotas:

Evita pasear por zonas de pinares en los meses de riesgo.

Mantén a tu perro siempre atado en zonas sospechosas.

No dejes que olfatee o juegue con orugas, bolsones ni restos de estos.

Enseña comandos como “¡No!” o “¡Déjalo!” para evitar el contacto.

Para tu hogar:

Si tienes pinos en tu propiedad, inspecciónalos durante el invierno.

Retira los bolsones de forma profesional.

Puedes instalar trampas de feromonas o anillos recolectores en el tronco.

¿Qué hacer si mi mascota entra en contacto?

Actúa rápido, si ves que tu perro ha tocado o lamido una oruga, acude de inmediato al veterinario.

No frotes la zona afectada, podrías romper los pelos y liberar más toxina.

Lava con abundante agua sin restregar si es posible, pero no retrases la visita veterinaria.

Observa los síntomas: babeo, hinchazón, lengua inflamada, vómitos o decaimiento son signos de urgencia.

¿Cómo combatir la procesionaria?

La lucha contra esta plaga debe ser preventiva y ambientalmente responsable:

Control biológico: uso de enemigos naturales como aves o murciélagos.

Trampas de feromonas para capturar a los machos antes de que fecunden.

Anillos trampa para interceptar a las orugas cuando bajan del árbol.

Eliminación mecánica de bolsones (solo por profesionales).

Tratamientos fitosanitarios (con productos autorizados, en zonas controladas).

En conclusión la procesionaria del pino no es solo una amenaza para los árboles, sino también un peligro real para nuestras mascotas y para las personas. Informarse, prevenir y actuar con rapidez en caso de contacto son las claves para evitar sus efectos más graves.

Si vives en una zona con pinares o sueles pasear con tu perro por entornos naturales, permanece siempre alerta durante los meses de riesgo y no dudes en acudir al veterinario ante cualquier sospecha.

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