La histórica rivalidad entre perros y gatos se trasladó ahora al ámbito criminal, luego que un can antidrogas capturara a un felino que portaba en su collar ni más ni menos que 15 gramos de heroína.
Según un portavoz del Servicio Penitenciario de Tatarstán, el particular «burrero» vivía en el penal de esa ciudad rusa y había sido entrenado por un recluso, que lo enviaba a buscar las drogas que poseían sus amigos fuera del recinto.
La idea del preso era que en ese viaje el animal no comiera y que regresara a él para ser alimentado.
«Los conocidos del acusado hicieron pasar hambre al pobre gato durante varios días y después le colocaron un collar con heroína oculta y lo soltaron en las inmediaciones de la cárcel», explicó el vocero.
Sin embargo, la droga no llegó a su destinatario, ya que la dirección de la prisión fue informada a tiempo de la existencia de este inusual tráfico y preparó una operación para capturar al gato.
El procedimiento fue liderado por un perro adiestrado para la detección de narcóticos, que impidió que el felino se colara dentro de la cárcel.
«Lamentablemente el gato murió poco después a causa de las heridas sufridas durante su captura. Además, estaba muy débil», informó el portavoz del Servicio Penitenciario, quien no descartó que se abra una causa contra el recluso y sus cómplices por maltrato animal.
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