El aumento de peso en animales como un perro o un gato puede tener graves consecuencias para su salud. Diabetes, artritis, hipertensión o incluso asma o la rotura de ligamentos son algunas de las malas consecuencias que trae consigo el aumento de peso que, al mismo tiempo, supone mayores gastos en consultas veterinarias a los que los dueños deben enfrentarse.
A los animales hay que enseñarles a comer desde que son cachorros para evitar que tengan sobrepeso.
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De acuerdo con Michael Farber, director de una clínica veterinaria en Nueva York, «el que un perro engorde un par de kilos puede ser comparable al que un hombre gane entre quince o veinte de golpe», por lo que «sus pequeños cuerpos deben hacer un mayor esfuerzo para aguantar su nuevo peso».
Para el veterinario, fijarse bien en los detalles nutricionales de los productos y conseguir una dieta adecuada a cada animal puede mejorar la calidad de vida de las mascotas al tiempo en que se puede ahorrar mucho dinero en veterinario. También señaló que «la obesidad es una enfermedad muy común en las mascotas de ciudades como Nueva York, donde no pueden hacer mucho ejercicio y donde sus dueños tienden a sentirse culpables por no pasar tiempo con ellos y los compensan con, por ejemplo, las sobras de una buena cena».
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